El mundo occitano medieval

 

No es la política, la que define a las regiones de Occitania como un conjunto en la Edad Media, sino la cultura y la lengua. En esta parte del sur de Europa, que se extiende desde el Atlántico hasta los Alpes y del norte del Macizo Central hasta los Pirineos, se habla la lengua de Oc y, más exactamente, se hablan diferentes dialectos aglutinados dentro de la lengua occitana. Esta lengua romance es la lengua de los trovadores y de la creación literaria, además de, junto al latín, la lengua de los notarios o de las administraciones municipales. Esto fue así hasta que empezó a imponerse el francés por primera vez en el lenguaje escrito y, sobre todo, a partir del siglo XVI, a través del prestigio de la monarquía francesa.

La Edad Media supuso una explosión económica y cultural de Europa. Es en este momento cuando se desarrollan, aquí y otras partes, las ciudades y las élites urbanas. La agricultura y el campesinado también están en pleno crecimiento. El arte románico y el arte gótico dan a luz obras maestras de la arquitectura, la escultura, la pintura e incluso la música. Todo ello bajo el báculo omnipotente de la Iglesia romana...

Desde el punto de vista político, dos grandes poderes se enfrentan en la Occitania: los condes de Tolosa y los Condados catalanes. Sin embargo, este antagonismo principal tomó en realidad la forma de una multitud de alianzas y rivalidades entre señores, vasallos de de unos, de otros, y a veces de todos a la vez... Los conflictos eran numerosos, prolongados y complejos.

La Cruzada Albigense pondría fin a estas tensiones. Iniciada en un primer momento por motivos religiosos, fue el principal suceso de la Historia Medieval de este territorio por su violencia y su impacto político. En el sur está empezando a dibujarse una frontera para un reino: Francia.

Peire Vidal
Livre des comptes
Extrait plafond peint de l'abbaye de Saint-Hilaire
Le Martyr de saint Nazaire
Paysage autour de la Cité médiévale de Fanjeaux

Una economía floreciente

La tierra son cultivadas, los bosques retroceden, los pueblos van creciendo en torno a las iglesias o los castillos, sobre todo, durante los siglos XI y XII.

La antigua torre del homenaje de Prouilhe, situada a los pies de Fanjeaux, albergaba un molino de viento a principios del siglo XIII. Es el testimonio más antiguo de este tipo de equipamiento en la región.

A lo largo de los ríos fueron surgiendo molinos de agua. En ellos se molían el cereal y se trabajaban los textiles, al igual que en varios molinos dependientes de la Encomienda Templaria de Douzens. La actividad textil era importante y ampliamente practicada en los talleres de los cátaros, también conocidos como "tejedores". La otra riqueza era la minería. Las Corbières y la Montaña Negra albergan varias minas de plata y de hierro explotadas desde la antigüedad. Las mercancías circulaban y se intercambiaban en las ferias y mercados más lucrativos...