Historia[s]
Año 958, Gilabert, veguer de Saissac, es testigo de una donación en la abadía de Montolieu. Saissac, mencionado por primera vez, se convierte en un lugar estratégico para el condado de Carcassonne. En el siglo XI, los Trencavel se convierten en vizcondes de Carcassonne y señores feudales de Saissac. Las relaciones son conflictivas, pero a finales del siglo XII, Bertrand de Saissac es uno de los grandes vasallos de Trencavel, tutor del joven Raimond Roger en 1193. Bertrand es una figura de Languedoc, protector de los herejes. El castillo se entregó a los franceses a principios de la cruzada, pero los señores de Saissac lucharon hasta el final. Después del fracaso de 1240, sus bienes se dispersaron y las osamentas de Pierre de Saissac la desenterró y quemó la Inquisición. El pueblo primitivo situado en las pendientes de la parte baja del castillo se abandonó para dejar lugar al actual, por encima de la fortaleza. En el siglo XVI, Jean de Bernuy, nuevo señor de Saissac, transformó el castillo medieval en una residencia del Renacimiento. Después llegó la Revolución francesa, la ruina y los saqueos...
Para descubrir
Paseando
Un pueblo fortificado
Construido tras la Cruzada, se fortificó en el siglo XIV para afrontar la Guerra de los Cien Años. Los siglos se dan la mano. La Edad Media sigue estando presente en la puerta y torres conocidas como «tour grosse» (torre gruesa) y «tour carrée» (torre cuadrada) que formaban parte de la muralla del pueblo. Del siglo XVII es el Hotel des Saptes, de los siglos XIX y XX los lavaderos...
El agua del pueblo
Saissac es un bonito pueblo de montaña. El agua circula por todos los lavaderos y bebederos de sus calles. Un fuente cubierta, la más antigua del municipio, anima la Place aux Herbes. El Béal, conjunto de trece molineros, atraviesa el pueblo regando los jardines con el agua del Vernassonne y Aiguebelle…
El "petit lac"
Magníficos bosques de robles, hayas y otras coníferas bordean Saissac. El Arboretum, situado cerca del pueblo, ofrece un paseo familiar muy apreciado: riachuelos y cascadas, recorridos botánicos, un lago, instalaciones deportivas, zonas de juego…
En los alrededores
El valle del Dure
El Dure es uno de los ríos más importantes de la Montaña Negra. Hoy en día es un espacio natural apreciado por las aves rapaces: el búho real, el águila calzada e incluso el águila culebrera. Pero en los siglos XVIII-XIX, la Montaña Negra se encontraba en un lugar con una intensa actividad de molinado. Norias horizontales y verticales, movidas por la corriente del Dure, que accionaban las ruedas de los molinos, las bombas y las pértigas, los martinetes y los túneles de viento. En 1845, había 610 molinos en Aude, 67 de los cuales estaban en el Dure.
Las fuentes de Caudebronde
Este bonito pueblo de piedras de pizarra gris y marrón y tejados de loza se encuentra en un bosque de castaños que atraviesa el Dure. Calculamos que habría más de una veintena de fuentes que frecuentaban los habitantes por sus efectos beneficiosos. Por ejemplo, la fuente de la Félide, que sigue estando accesible, es conocida por sus propiedades diuréticas y su acción en las funciones hepáticas. La visita a este pueblo tan florido y un paseo por él, os permitirán descubrir otras fuentes, su historia y una naturaleza mágica...
El molino de Brousses-Villaret
En los siglos XVII-XVIII, Brousse experimentó una importante actividad papelera, tanto que Pierre-Louis Reich de Pennautier (1614-1711) quiso perfeccionar esta actividad haciendo venir a maestros papeleros de Aubagne, entonces muy conocidos. El molino actual, creado en 1845, es el último molino que sigue funcionando en el Dure. Su propietario, André Durand-Chaïla mantiene la tradición y por eso, suele innovar. El papel se fabrica a mano, a partir de paños o de fibras vegetales como la ortiga, el helecho, el escobajo de las uvas o incluso materiales menos esperados como los excrementos de elefante. Es una visita apasionante y activa para todos. También es un lugar frecuentado por artistas como Catherine Capeau, diseñadora de vestidos de papel, o la calígrafa japonesa Ayuko Miyakawa, para quien el molino elabora papeles fuera de lo común.
El lago del Lampy
En 1782, se terminó el embalse de Lampy cuyo objetivo era aumentar la reserva de agua del Canal de Midi para poder unir el canal del Robine con Narbonne. Gracias a este embalse nació la laguna del Lampy, un lugar de baño y paseo en plena Montaña Negra, a 640 metros de altitud. Las grandes hayas, robles y píceas... propagan su sombra por todo el camino que bordea el lago. Hay una pequeña playa vigilada, con kayaks y tablas de paddle para darse una vuelta por el agua... En este tranquilo lugar, incluso en temporada alta, se disfruta de la naturaleza con el murmullo de las pequeñas olas al pasar una brisa o un remero.
A partir de 1209, el castillo de Saissac volvió a manos de un caballero francés: Bouchard de Marly, que se convirtió, muy a pesar suyo, en una ventaja para el señor de Cabaret. Pierre-Roger de Cabaret resistió con coraje a Simon de Monfort en su famoso castillo infinito, pero la presión era horrible. Por casualidad, consiguió capturar a Bouchard de Marly, un argumento de peso para negociar, en 1211, una rendición ventajosa.